En la edad infantil abarcaremos desde los 3 hasta los 12 años, pero las intervenciones que se lleven a cabo con los niños serán muy diferentes, ya que cada edad requiere diferentes atenciones y las necesidades son diversas. Hay que tener en cuenta siempre el principio de adaptación a las necesidades de cada persona.
3 a 6 años
En esta etapa los niños empiezan el colegio, en concreto la etapa de Educación Infantil. Esto supone iniciar un nuevo ritmo y rutinas en sus vidas, levantarse por las mañanas a una hora concreta, hacer tareas en el centro escolar y adquirir nuevos aprendizajes, basado ello en rutinas y horarios, extraescolares en algunos casos, tareas de ocio y actividades diarias en el hogar (lectura de cuentos, juegos, baño, cena y a dormir).
Como se ve es una etapa en la que se pueden adquirir hábitos significativos, por ello es importante trabajarlos y reforzarlos, pero en ocasiones a los padres se nos escapa de las manos como alcanzar estos por diversos motivos, características de los menores, de los padres, incompatibilidad de horarios padres-hijos, etc. Por ello contar con un asesoramiento a tiempo resulta muy efectivo y evita complicaciones a medida que los niños vayan creciendo.
Además, en estas edades los niños manifiestan algunas necesidades, no solo en las tareas del hogar sino también a nivel académico (realizar algunas tareas escolares, lectura, dificultad para atender, excesiva inquietud siendo complicado estar sentado en las tareas, ritmo superior al de sus compañeros y posible aburrimiento de las tareas, etc).
6 a 12 años
Es muy importante que desde pequeños los niños adquieran unos hábitos de estudio, pudiendo compaginar perfectamente el tiempo de estudio y el tiempo de ocio. No debemos olvidar que son niños y que el juego o los deportes son elementos fundamentales en sus vidas.
Orientar a los más pequeños en cómo organizarse sus tardes, cómo realizar sus tareas y cómo conseguir que se concentren y centren su atención en las tareas es una de las funciones básicas en la intervención con ellos. Para conseguir esto se realizan actividades lúdicas y dinámicas, de manera que sean sesiones atractivas y llamativas para los niños, pero en las que se consiguen los objetivos planteados.
Hay que destacar que en esta etapa no solo se hacen deberes, a los menores se les presentan controles en las distintas asignaturas que cursan, por ello es importante que adquieran una serie de técnicas para afrontar los diversos contenidos. No es igual preparar un control de Conocimiento del Medio, más teórico, que uno de Matemáticas, más práctico.
Para los padres, también es importante detectar las necesidades de sus hijos en esta franja de edad, cómo pueden afrontar los cambios y cómo compaginar las demandas académicas con las ociosas y familiares.